"Para mi es un motivo muy grande, de mucha alegría. Lo digo realmente como un privilegio de Dios, un regalo de Dios poder compartir con el Pueblo de Dios, con tantos sacerdotes, con tantos obispos hermanos, seminaristas, religiosos.
Toda la realidad de la Iglesia uniéndonos para dar gracias a Dios por la vida de un sacerdote nuestro, por la vida de este venerable amigo José Gabriel del Rosario Brochero. La Providencia ha querido que el 26 de Enero, en la Fiesta de los Apóstoles Timoteo y Tito, ante este Evangelio pongamos la mirada en este Buen Pastor que ha sido llamado por El Señor a anunciar si no otra cosa que la convicción de su fe, de su pasión por Jesucristo y el Evangelio. Estamos celebrando los 95 años que el Señor ha llamado a esta vida de entrega abundante que es nuestro querido Cura Brochero. Así como él ha podido decir, nos ha podido contar, que ha podido “pispar” que viviré siempre, siempre en el corazón en la zona occidental. Nosotros con la convicción de que está vivo, está presente, que está en Dios, hemos podido constatar, hemos podido percibir, hemos podido contemplar, hemos podido rezar, en este tiempo la misteriosa presencia de este hombre de Dios entre nosotros.
Quiero agradecer especialmente por esta novena que hemos participado, mucho de nosotros que estamos aquí, iluminados y acompañados por el Vice Postulador de la Causa el Padre Julio Merediz, que nos ha ayudado, nos ha animado, nos ha renovado a que todos sintamos nuestra vocación, a la luz de la huella de este admirable sacerdote, iluminados por este Año Paulino, por el Apóstol Pablo. Yo pensaba, ciertamente , que todos nosotros y en la experiencia de ver tantos peregrinos, tantos sacerdotes, de tantos lugares de nuestra patria, que venimos a este lugar, donde no solo venimos a pedirle al Cura Brochero alguna gracia de algún milagro, pedir ardientemente que para Gloria de Dios y bien de nuestro pueblo, de nuestra Iglesia, sino que su presencia nos anima, nos impulsa, nos renueva para desear ardientemente que cumplamos con nuestra vocación bautismal, que es nuestra vocación a la santidad.
Yo pensaba en estos días que las cosas mas lindas que nos pasan en este lugar, en este lugar santo, en esta tierra bendita, en esta querida Diócesis, es que cuando venimos aquí y tocamos donde están los restos, rezamos, nos ponemos en su presencia uno tiene la convicción, la sensación de que no venimos egoístamente a pedirle solo aquello que más necesitamos. Está bien que lo hagamos, ciertamente que el Padre nos va escuchando. Es la cercanía que nos ayuda a seguir su camino. Porque hay mucho para profundizar de la vida de este hombre de Dios: situaciones difíciles de nuestra Patria, situaciones difíciles de nuestra Iglesia, situaciones difíciles de su Diócesis es siempre vivida con su sacerdocio, apasionado de Jesucristo.
Siempre fue desde su ser sacerdote todo su desvelo y preocupación por ayudar a que esta su Traslasierra, estos pobres serranos crezcan con el Evangelio y crezcan con dignidad. Impresiona cómo este hombre que termino ciego tuvo esa gran mirada, esa gran visión como los santos para adelantarse a los tiempos y descubrió que la transformación de la sociedad, el progreso aún en lo material está unido al progreso espiritual. Lo mejor para sus hombres, sus fieles, sus mujeres, su pueblo es que se encontraran con Jesús. Qué visión, la clave de su ministerio estaba en poner al hombre concreto, con su historia para que se encuentre con Jesús. Desde Jesús hizo todo otra actividad. El que puede lo más puede lo menos. Brochero trabajó para hacer caminos, trabajó para hacer acueductos, para hacer escuelas, trabajó para el progreso del hombre concreto, trabajó por la promoción de la mujer, llamó a los amigos, con la convicción de que el verdadero, el autentico camino es Jesucristo. Que el camino de la vida es el encuentro con Jesús. Que la fe, sin duda, es la clave que debemos transmitir a todas las generaciones.
Que alegría que todos podemos celebrar los 95 años de su partida al encuentro con Dios, mirar en Brochero su obra comenzada nos invita a continuar. Nos invita a abrir senderos, nos invita a ser creativos en nuestra búsqueda de un país más justo, más solidario. Nos invita a descubrir el modo que hace tanto años vivió en relación con los hombres, con todos los hombres sin excluir a nadie, que miraba como Jesús con amor y pasaba como Jesús haciendo el bien. Qué desafío para nosotros, sacerdotes de Cruz del Eje, ministros, laicos, pueblo de Dios en Cruz del Eje, que podamos continuar la obra de Brochero. Para que podamos, actualizando en el hoy y en la historia, lo que nuestro pueblo necesita para su bien espiritual y material. Todo el hombre es lo que le interesó a Brochero porque captó que la auténtica evangelización es toda la realidad del hombre, y por lo tanto, una evangelización de la cultura encarnada traía también progreso, justicia y fraternidad.
Yo pensaba también , en estos tiempos, qué hubiera hecho hoy el Cura Brochero cuando se iban cerrando ferrocarriles, condenando a la muerte, condenando a muchos jóvenes al exilio, condenando a muchos pueblos. Cuál habrá sido la postura de Brochero?. Cuál habría sido la postura de Brochero ante tanta violencia que tenemos, aquí en nuestras sierras, violencia familiar, problemas de salud, problemas de alcoholismo, problemas de educación ?. Dónde están los que seguimos el camino?
Vamos a pedirle al Señor que nos ayude que este recuerdo del Cura Brochero no sea un recuerdo solo nostálgico sino que, de verdad, sea presencia de èl, que está vivo entre nosotros, en la comunión de los santos, porque la Iglesia nos invita a recordar aquellos hombres y mujeres, tantos hombres y mujeres que en tiempos de la vida del Cura Brochero, que nos ha marcado en este venerable sacerdote, para que pongamos nuestra mirada en él, para que sigamos sus huellas. Porque él fue la concreción, la encarnación de Jesús como Buen Pastor. Vamos a celebrar con esperanza esta Eucaristía, vamos a renovar nuestro deseo profundo y hondo de que pueda ser pronto Beatificado, Canonizado. De que pueda ser santo sacerdote, modelo para nuestra Patria.
Aquí en Cruz del Eje, este lugar es el corazón sacerdotal. Todos los sacerdotes aquí tenemos en este lugar puesta nuestra mirada porque nos va mostrando los caminos, el sendero, nos va mostrando que tenemos que seguir trabajando, nos va mostrando la clave por un país mejor, por una sociedad mejor, familias mejores. A volver con entusiasmo a anunciar el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, a gastar y a desgastar nuestra vida para que el hombre se encuentre con Jesús.
Los Ejercicios Espirituales de antes tienen auténtica vigencia hoy. Quiera Dios que nos renovemos, verdaderamente, para que nuestra vida sea puente para que el hombre, la mujer, el niño y nuestra tierra de Cruz del Eje, del país, se encuentre con Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida. Que así sea".